Con más de 25 años en la exploración consciente del amplio fenómeno de la audición. Con más de 2000 horas de grabaciones archivadas en su hogar en Toay, La Pampa. Con un espacio virtual llamado CarbonoProyecto, que mantiene activo desde 1999, el cual puede ser considerado el sitio web más relevante de la Argentina en cuanto a experimentación sonora, que alberga decididamente música inclasificable, sin limitaciones ni ghettos. Fabián Racca es un hombre de radio, artista sonoro, improvisador de primera llamada y un agente despierto en cuanto al acto de generar enlaces genuinos hacia una integridad entre provincias de un aparentemente dormido interior del país. Fabián Racca hace de la búsqueda un suelo incuestionable, de la reflexión un rito comunitario y estos son sólo algunos de sus sonidos dichos.
Fabián Racca en su labor radial en La Pampa, fotografiado a finales de los años 80 por Sergio Sarik. |
1- ¿Por qué grabás sonidos?
Desde que tuve acceso a un dispositivo de grabación es una función que
siempre me entusiasmó. Al principio no reflexionaba sobre eso, simplemente era
un impulso, una idea de grabar tal o cual sonido para escuchar cómo sonaba atrapado
en una cinta, ya que en ese entonces no tenía posibilidades de grabar con
retorno de auriculares para chequear y había un alto grado de azar. Cerca de
1980-81 mis padres compraron un radiograbador, de esos con una deck y un
parlante más radio, que tenía un mic incorporado para grabar de aire. Pues bien,
fue algo fascinante descubrir que se podían grabar cosas por uno mismo con ese
aparato. Hay que tener en cuenta que yo no me crié en una ciudad sino en un
pequeño pueblo rural de La Pampa, donde no llegó la señal de televisión hasta
fines de los 70 y la única posibilidad de escuchar radio era a través de las
AM, así que grabar era una ventaja desconocida para mí. Aún me veo poniéndole
seis de esas pilas grandes y saliendo a los alrededores del pueblo a caminar
con ese aparato y grabar los ruidos de la caminata sobre la tierra, el pasto,
las vías, los patios. No era simple conseguir cintas vírgenes tampoco, así que
regrababa los cassettes una y otra vez.
Tres formatos de grabación utilizados con asiduidad por Racca: cassette, minidisc y digital. |
2- De toda tu experiencia y
años en el ejercicio de la grabación de campo, ¿cual es el sonido que más te
dejó impresionado y a qué pensás que se debe?
La verdad es que no se me viene a la mente uno en particular, y puede
que sea porque en la grabación de campo lo que más me atrapa son los mundos
sonoros, las relaciones entre los sonidos. Y dentro de esto el grado de
convivencia sonora, es decir, cuantos sonidos o resonancias más puedo percibir
en un mismo momento, como diferentes capas o planos. Pero además está la
cuestión de una cierta dinámica particular entre esos sonidos, que puede ser
vivida con un placer parecido al de la música a veces y otras como una forma de
acceder a un micromundo sonoro particular, complejo, que está ahí, al lado
nuestro en una situación quizá cotidiana pero que es necesario escanear de
cerca con un micrófono y amplificarla para descubrirlo. Es un hecho que
mediante estas prótesis (o extensiones tecnológicas del cuerpo) nos acercamos
al universo acústico que pueden percibir otras especies en este mismo planeta,
o en todo caso nos hace conscientes de que hay infinitos mundos simultáneos y
cada uno alberga una versión distinta de la realidad.
Volviendo al tema de algún sonido que me haya sorprendido, recuerdo varias
experiencias muy intensas. Por ejemplo una fría noche de mayo de 1995 a las dos
de la mañana, con un amigo intentábamos grabar el sonido que hacía el viento en
las diferentes partes de la torre que sostenía la antena de la radio FM donde
vivía y trabajaba en Santa Rosa. Me acerqué a las riendas de alambre acerado
que sostenían la torre para pulsarlas como una cuerda y se empezó a escuchar la
transmisión de la radio, con un sonido parecido al de las comunicaciones entre
radioaficionados que captan mensajes lejanos. Si bien luego supe que era algo
conocido que las cuerdas metálicas de muchas construcciones, o alambrados puedan
recibir ondas de radio como una antena, descubrirlo fue muy impactante. Inmediatamente
nos pusimos a experimentar con esas posibilidades, combinando las explosiones y
ataques casi de sintetizador que hacían las cuerdas tensas al ser golpeadas con
las uñas de los dedos, junto a las descargas y apariciones intermitentes de la
transmisión radial que era un loop de voz y feedback que enviaba otro amigo
desde el estudio de la radio al aire. Algo muy divertido, como entrar literalmente
al cosmos de las ondas de radio.
3- Bajo tu percepción, ¿cómo se relacionan los habitantes de Toay con el acto de escuchar?
No hace mucho tiempo que estoy en Toay. Viví hasta los 19 años en
Realicó, luego me mudé a Santa Rosa y hace unos 17 años que estoy en Toay pero
en una zona semiurbana, mezclada con lo rural. La impresión es que comparte
condiciones muy similares con otros lugares de La Pampa y otras provincias del
interior del país. En los lugares más urbanos el paisaje sonoro no difiere
mucho con el de las grandes ciudades del país, y la gente escucha en
consonancia con las demandas de la vida diaria. Ves a muchos escuchando radio o
música por teléfonos celulares en la vía pública, un poco aislándose del ruido
cada vez más aturdidor del tránsito y los motores. Persisten algunas marcas
sonoras que se filtran entre el ruido como los toques de campanas de la
catedral y otras iglesias. En ciertos barrios los vecinos protestan por el
ruido de las motos en las “picadas” nocturnas (algo que para los motoqueros es
toda una distinción), y en otros se quejan por los extensos toques de campana
de alguna iglesia a la hora de la siesta, costumbre sagrada si las hay, ya que
aquí no se trabaja de 9 a 5 sino en horario partido.
Fabián Racca grabando en el Patio de Carbono, sitio clave registrado en numerosas ocasiones por artistas sonoros albergados por CarbonoProyecto |
Un aspecto que me parece revelador sobre la estructura cultural asociada
a la escucha, es que en La Pampa una de las prácticas que lamentablemente más
aguzan el sentido del oído es la cacería, (ya sean ciervos, jabalíes,
vizcachas, pumas, liebres u otros), y digo lamentablemente porque no se trata
de cacería como recurso de sustentación de familias campesinas, sino con “fines
deportivos” o “anti-stress”. Matan a los animales silvestres para llevarse un
trofeo (una cabeza embalsamada por ejemplo), y sacarse una foto para mostrar a
sus amistades.Por otra parte, y con un sentido contrario dentro de los paquetes
turísticos que se venden, está el sonido y avistaje de ciervos en brama, en la
época de reproducción, en el bosque de caldén. Esto se hace en la reserva
natural Parque Luro, y si bien el ciervo colorado es una especie exótica
asilvestrada igual que los jabalíes, la práctica de escucha y avistaje como una
forma de disfrutar de los animales en su estado silvestre es más que positiva.
Pero aún se trata de algo menor, y la principal “atracción turística” pampeana
en términos de ingresos económicos es la matanza de animales como deporte o
actividad al aire libre.
Otro dato que revela cuál es la valoración del entorno natural a la hora
de inventar algo para atraer turistas o visitantes: hace un par de años
construyeron un autódromo para competencias de nivel nacional, en un campo en
los alrededores de Toay. Para quienes no vamos a las carreras y vivimos en un
radio de 10 km aproximadamente de ese lugar, significa solo un drone incesante
que invade la tranquilidad de los fines de semana. Tal vez con el tiempo
quienes se críen en familiaridad con esa presencia, la tengan como una marca
sonora positiva en su memoria, pero no es el caso de quienes los fines de
semana disfrutamos de la quietud y la baja presión sonora de los motores en
general. Entiendo que esto genera fuentes de trabajo y que suene pretencioso lo
que digo, pero no dejan de ser contradicciones que tenemos que abordar en algún
momento. Aclaro que obviamente me gustan los ruidos, grabarlos, escuchar música
hecha con ruidos, pero no es lo mismo elegir escuchar que la imposición que no
nos deja escapatoria.
4- Arte sonoro y música experimental en Argentina. ¿Qué
percepción tenés al respecto, qué te hace pensar?
Sello virtual (y, en ocasiones, físico) de CarbonoProyecto, espacio localizado en Toay, La Pampa, activo desde 1999. |
En más de un video con documentos de época donde retratan la historia
del rock nacional por ejemplo, es común que los artistas de grupos hoy
considerados emblemáticos, dijeran que estaban muy aislados del resto del
panorama cultural a fines de los 60 principios de los 70’s, que no los pasaban en ninguna radio y que la
mayoría (músicos y no músicos) de ese tiempo, consideraban que lo que ellos
hacían era “ruido” y no música. Hasta ahí, nada que no haya ocurrido en otras
partes del mundo con fenómenos como el rock, pero cuando ves que esos mismos
artistas, hoy en día considerados pioneros, y varios gozando de los beneficios
de la popularidad, ningunean a la música experimental del mismo modo, diciendo
que “no es música” que es “puro ruido sin sentido” etc, etc, te das cuenta de
que hay ciclos de errores que se repiten. Es cierto que todos tienen que hacer
su propia experiencia para aprender, pero también me pregunto qué es lo que se
aprende si no contribuimos a limpiar el camino de algunas piedras absurdamente
pesadas y arcaicas para los que vienen. Suena a un gran desperdicio de energía
colectiva que cada generación termine empezando casi de cero.
Editado en 2012, 'Acción y Percepción Sonora' es un compilado extenso e intenso que sirve como un posible mapa de distintas exploraciones sonoras en la Argentina. |
En cuanto a la categoría de arte sonoro a nivel local, considero que
todavía es un poco ambigua en cuanto a diferenciaciones con respecto a la
música experimental. Más allá de ser un término relacionado desde sus orígenes
a la instalación sonora y el radioarte, últimamente se lo han apropiado para presentar
músicas experimentales de un modo más aceptable para ciertos públicos,
justamente conservadores, que no toleran o les complica la palabra música
asociada a la experimentación con ruidos. Tampoco hay que olvidarse de lo que
se conoce como “noise” en cuanto a género musical contestatario, que ocupa
desde hace años el lugar abandonado por el punk rock en cuanto a ideas
libertarias y antimusicales se refiere. En ocasiones desde el Carbonoproyecto
hemos participado en festivales junto a grupos de noise con alguno de nuestros
grupos de improvisación libre o música experimental, y sin embargo ellos (mucho
más jóvenes que nosotros) nos definían como noise. Y estaba bien igual, que
cada uno lo procese como quiere, lo importante era y es sumergirse en la experiencia
y sumar desde allí.
5- ¿Sabe Fabián Racca lo que
hace?
Entrevista realizada por Lorenzo Gomez Oviedo.
Links de interés:
CarbonoProyecto
https://carbonoproyecto.net/
Entrevista en Tokafi (Berlin) por Tobías Fischer.
http://www.tokafi.com/15questions/interview-fabian-racca/
Audiovisual de Sesión en el Patio de Carbono, 2015.
https://www.youtube.com/watch?v=8ECpZF-q3q4