sábado, 11 de junio de 2016

Y las certezas no existen, se desmoronan a cada rato - Cinco preguntas a Fabián Racca



Con más de 25 años en la exploración consciente del amplio fenómeno de la audición. Con más de 2000 horas de grabaciones archivadas en su hogar en Toay, La Pampa. Con un espacio virtual llamado CarbonoProyecto, que mantiene activo desde 1999, el cual puede ser considerado el sitio web más relevante de la Argentina en cuanto a experimentación sonora, que alberga decididamente música inclasificable, sin limitaciones ni ghettos. Fabián Racca es un hombre de radio, artista sonoro, improvisador de primera llamada y un agente despierto en cuanto al acto de generar enlaces genuinos hacia una integridad entre provincias de un aparentemente dormido interior del país. Fabián Racca hace de la búsqueda un suelo incuestionable, de la reflexión un rito comunitario y estos son sólo algunos de sus sonidos dichos.   


Fabián Racca en su labor radial en La Pampa, fotografiado a finales de los años 80 por Sergio Sarik.

1- ¿Por qué grabás sonidos?

Desde que tuve acceso a un dispositivo de grabación es una función que siempre me entusiasmó. Al principio no reflexionaba sobre eso, simplemente era un impulso, una idea de grabar tal o cual sonido para escuchar cómo sonaba atrapado en una cinta, ya que en ese entonces no tenía posibilidades de grabar con retorno de auriculares para chequear y había un alto grado de azar. Cerca de 1980-81 mis padres compraron un radiograbador, de esos con una deck y un parlante más radio, que tenía un mic incorporado para grabar de aire. Pues bien, fue algo fascinante descubrir que se podían grabar cosas por uno mismo con ese aparato. Hay que tener en cuenta que yo no me crié en una ciudad sino en un pequeño pueblo rural de La Pampa, donde no llegó la señal de televisión hasta fines de los 70 y la única posibilidad de escuchar radio era a través de las AM, así que grabar era una ventaja desconocida para mí. Aún me veo poniéndole seis de esas pilas grandes y saliendo a los alrededores del pueblo a caminar con ese aparato y grabar los ruidos de la caminata sobre la tierra, el pasto, las vías, los patios. No era simple conseguir cintas vírgenes tampoco, así que regrababa los cassettes una y otra vez.

Tres formatos de grabación utilizados con asiduidad
por Racca: cassette, minidisc y digital.
Al pasar los años y continuar enganchado con actividades como la radio primero y la experimentación sonora más tarde, la grabación se tornó en una acción más especializada, digamos. Por un lado en algo así como una técnica de laboratorio, para captar o registrar sonidos y luego poder escucharlos cuantas veces quisiera e identificar y descubrir aspectos que en una simple escucha suelen pasar desapercibidos. Por otro lado está el hecho de capturar paisajes sonoros, o momentos de la vida, ya sea con fines documentales o artísticos, y también la posibilidad que da el sonido grabado de ser fuente para manipulaciones posteriores en el arte sonoro o la música experimental.

2- De toda tu experiencia y años en el ejercicio de la grabación de campo, ¿cual es el sonido que más te dejó impresionado y a qué pensás que se debe?

La verdad es que no se me viene a la mente uno en particular, y puede que sea porque en la grabación de campo lo que más me atrapa son los mundos sonoros, las relaciones entre los sonidos. Y dentro de esto el grado de convivencia sonora, es decir, cuantos sonidos o resonancias más puedo percibir en un mismo momento, como diferentes capas o planos. Pero además está la cuestión de una cierta dinámica particular entre esos sonidos, que puede ser vivida con un placer parecido al de la música a veces y otras como una forma de acceder a un micromundo sonoro particular, complejo, que está ahí, al lado nuestro en una situación quizá cotidiana pero que es necesario escanear de cerca con un micrófono y amplificarla para descubrirlo. Es un hecho que mediante estas prótesis (o extensiones tecnológicas del cuerpo) nos acercamos al universo acústico que pueden percibir otras especies en este mismo planeta, o en todo caso nos hace conscientes de que hay infinitos mundos simultáneos y cada uno alberga una versión distinta de la realidad.

Volviendo al tema de algún sonido que me haya sorprendido, recuerdo varias experiencias muy intensas. Por ejemplo una fría noche de mayo de 1995 a las dos de la mañana, con un amigo intentábamos grabar el sonido que hacía el viento en las diferentes partes de la torre que sostenía la antena de la radio FM donde vivía y trabajaba en Santa Rosa. Me acerqué a las riendas de alambre acerado que sostenían la torre para pulsarlas como una cuerda y se empezó a escuchar la transmisión de la radio, con un sonido parecido al de las comunicaciones entre radioaficionados que captan mensajes lejanos. Si bien luego supe que era algo conocido que las cuerdas metálicas de muchas construcciones, o alambrados puedan recibir ondas de radio como una antena, descubrirlo fue muy impactante. Inmediatamente nos pusimos a experimentar con esas posibilidades, combinando las explosiones y ataques casi de sintetizador que hacían las cuerdas tensas al ser golpeadas con las uñas de los dedos, junto a las descargas y apariciones intermitentes de la transmisión radial que era un loop de voz y feedback que enviaba otro amigo desde el estudio de la radio al aire. Algo muy divertido, como entrar literalmente al cosmos de las ondas de radio.    









3- Bajo tu percepción, ¿cómo se relacionan los habitantes de Toay con el acto de escuchar?

No hace mucho tiempo que estoy en Toay. Viví hasta los 19 años en Realicó, luego me mudé a Santa Rosa y hace unos 17 años que estoy en Toay pero en una zona semiurbana, mezclada con lo rural. La impresión es que comparte condiciones muy similares con otros lugares de La Pampa y otras provincias del interior del país. En los lugares más urbanos el paisaje sonoro no difiere mucho con el de las grandes ciudades del país, y la gente escucha en consonancia con las demandas de la vida diaria. Ves a muchos escuchando radio o música por teléfonos celulares en la vía pública, un poco aislándose del ruido cada vez más aturdidor del tránsito y los motores. Persisten algunas marcas sonoras que se filtran entre el ruido como los toques de campanas de la catedral y otras iglesias. En ciertos barrios los vecinos protestan por el ruido de las motos en las “picadas” nocturnas (algo que para los motoqueros es toda una distinción), y en otros se quejan por los extensos toques de campana de alguna iglesia a la hora de la siesta, costumbre sagrada si las hay, ya que aquí no se trabaja de 9 a 5 sino en horario partido.

Fabián Racca grabando en el Patio de Carbono, sitio clave registrado en
numerosas ocasiones por artistas sonoros albergados por CarbonoProyecto
Yendo más hacia los barrios periféricos y a medida que nos acercamos al campo, disminuyen los sonidos tecnológicos (o bien aparecen otros), y hay más convivencia con la quietud, entre otros factores porque se depende aún de la escucha en asuntos cotidianos, como saber si alguien llegó y golpea las manos, si apareció el repartidor de agua, si se aproxima un auto o moto del cual ya conocen el sonido del motor, si hay una pelea o fiesta en el vecindario, si aparecieron determinados pájaros que indican el comienzo o el fin de una estación, si anda un zorro (animal o humano jaja), cerca de algún gallinero, si alguien grita entre una casa y otra preguntando algo, si viene una tormenta, si se levantó viento fuerte… Por otro lado, en estos ambientes más hijos de la tradición rural aún sobrevive la idea de ruidos asociados a presencias sobrenaturales en casas abandonadas o muy antiguas, e incluso entre personas de cierta edad la creencia de que el sonido de tal o cual animal anuncia alguna muerte en la familia, por ejemplo las lechuzas cantando en la ventana a la  noche…cuando en realidad cerca de cada casa suele haber luces y allí se juntan bichos que las lechuzas cazan con el conocido beneficio de ser un control de plagas natural. Pero bueno, así como hay momentos muy disfrutables en la escucha del paisaje, por otro lado a veces el ambiente, típico de zonas semiáridas, bastante expuestas a las fuerzas de la naturaleza, tiene algunas situaciones un tanto lúgubres que pueden inquietar a personas más susceptibles. La combinación de las ramas espinosas de un caldén arañando las chapas del techo con el viento, el silbido y crujidos en puertas y ventanas, perros ladrando al unísono, algún molino para extraer agua chirriando en la cercanía, lechuzas, en fin, toda una banda sonora de la desolación… “cosas que tiene el llano” como dicen algunos paisanos locales.

Un aspecto que me parece revelador sobre la estructura cultural asociada a la escucha, es que en La Pampa una de las prácticas que lamentablemente más aguzan el sentido del oído es la cacería, (ya sean ciervos, jabalíes, vizcachas, pumas, liebres u otros), y digo lamentablemente porque no se trata de cacería como recurso de sustentación de familias campesinas, sino con “fines deportivos” o “anti-stress”. Matan a los animales silvestres para llevarse un trofeo (una cabeza embalsamada por ejemplo), y sacarse una foto para mostrar a sus amistades.Por otra parte, y con un sentido contrario dentro de los paquetes turísticos que se venden, está el sonido y avistaje de ciervos en brama, en la época de reproducción, en el bosque de caldén. Esto se hace en la reserva natural Parque Luro, y si bien el ciervo colorado es una especie exótica asilvestrada igual que los jabalíes, la práctica de escucha y avistaje como una forma de disfrutar de los animales en su estado silvestre es más que positiva. Pero aún se trata de algo menor, y la principal “atracción turística” pampeana en términos de ingresos económicos es la matanza de animales como deporte o actividad al aire libre.

Otro dato que revela cuál es la valoración del entorno natural a la hora de inventar algo para atraer turistas o visitantes: hace un par de años construyeron un autódromo para competencias de nivel nacional, en un campo en los alrededores de Toay. Para quienes no vamos a las carreras y vivimos en un radio de 10 km aproximadamente de ese lugar, significa solo un drone incesante que invade la tranquilidad de los fines de semana. Tal vez con el tiempo quienes se críen en familiaridad con esa presencia, la tengan como una marca sonora positiva en su memoria, pero no es el caso de quienes los fines de semana disfrutamos de la quietud y la baja presión sonora de los motores en general. Entiendo que esto genera fuentes de trabajo y que suene pretencioso lo que digo, pero no dejan de ser contradicciones que tenemos que abordar en algún momento. Aclaro que obviamente me gustan los ruidos, grabarlos, escuchar música hecha con ruidos, pero no es lo mismo elegir escuchar que la imposición que no nos deja escapatoria.
  
 4- Arte sonoro y música experimental en Argentina. ¿Qué percepción tenés al respecto, qué te hace pensar?

Sello virtual (y, en ocasiones, físico) de CarbonoProyecto,
espacio localizado en Toay, La Pampa, activo desde 1999.
Por supuesto que la música experimental es algo que tiene un desarrollo como actividad en el país desde hace varias décadas, primero en el ámbito académico o de pequeños círculos de personas, y luego expandiéndose a través del underground o ambientes musicales más autogestivos. Esto último se potenció a través de la irrupción de internet y sus infinitas posibilidades de producción y circulación de materiales grabados, videos, hasta performances telemáticas. Ahora bien, ese enorme crecimiento en la cantidad y variedad de expresiones no significa que tenga una presencia definida en los medios de comunicación, ni tampoco en la programación de festivales o ciclos en vivo. Son apariciones esporádicas en eventos hechos a pulmón con muy poco o nada de apoyo ni institucional ni privado. Si bien es una condición que comparte en algunos puntos (como las programaciones en vivo), con mucho de lo que se produce en otras vertientes musicales como el “indie” en el rock, buena parte del jazz y hasta cierto folklore, el caso de la experimentación sonora es más profundo aún, porque no goza de ninguna difusión ni siquiera en los medios supuestamente “alternativos”.  Lógicamente no podemos prescindir del contexto social y cultural a la hora de pensar sobre estos temas. Aquí hay que entender que todavía se considera un acto de resistencia pasar punk rock, heavy metal, o hip hop por mencionar algunos estilos, y quienes los difunden también lo hacen desde una minoría que tiene que pagar el precio de la “rareza”o la marginalidad por más que sean géneros del mainstream. Creo que hay una alta negación a escuchar sin brújula, por fuera de los guettos o tradiciones (antiguas y nuevas). La lógica que se repite desde diferentes ámbitos es la de conservar y definir lo que es y no es rock, lo que es y no es música pampeana, y así. O sea, considerar a las diversas manifestaciones de la cultura popular como algo estático, inmutable, cuando en realidad es algo muy elástico, que entabla un diálogo con lo que propone cada época, y que no hay que olvidar que también “se construye”.

En más de un video con documentos de época donde retratan la historia del rock nacional por ejemplo, es común que los artistas de grupos hoy considerados emblemáticos, dijeran que estaban muy aislados del resto del panorama cultural a fines de los 60 principios de los 70’s,  que no los pasaban en ninguna radio y que la mayoría (músicos y no músicos) de ese tiempo, consideraban que lo que ellos hacían era “ruido” y no música. Hasta ahí, nada que no haya ocurrido en otras partes del mundo con fenómenos como el rock, pero cuando ves que esos mismos artistas, hoy en día considerados pioneros, y varios gozando de los beneficios de la popularidad, ningunean a la música experimental del mismo modo, diciendo que “no es música” que es “puro ruido sin sentido” etc, etc, te das cuenta de que hay ciclos de errores que se repiten. Es cierto que todos tienen que hacer su propia experiencia para aprender, pero también me pregunto qué es lo que se aprende si no contribuimos a limpiar el camino de algunas piedras absurdamente pesadas y arcaicas para los que vienen. Suena a un gran desperdicio de energía colectiva que cada generación termine empezando casi de cero.

Editado en 2012, 'Acción y Percepción Sonora' es un compilado
extenso e intenso que sirve como un posible mapa de distintas
exploraciones sonoras en la Argentina.
En este contexto, mayormente conservador en cuanto a aventuras sonoras se refiere, ideas que tienen cien años como el futurismo y el arte de los ruidos, u otras de varias décadas como las de Cage y tantos revolucionadores de la música contemporánea, siguen teniendo que explicarse una y otra vez. La desproporción enorme entre músicos experimentales y escuchantes de esas producciones tiene que ver con ese ninguneo desde distintos sectores culturales vernáculos, quizá ignorante, quizá perverso en cuanto a la lectura que hacen de las capacidades de una audiencia potencial, pero ninguneo al fin. Por su parte los músicos experimentales en general acusan recibo de toda esta intolerancia disfrazada de indiferencia, y responden de maneras muy diversas y no todas constructivas. Los hay que se refugian en un elitismo absurdo y desprecian otras expresiones de una cultura popular que no alcanzan ni quieren entender, en ese sentido reaccionan con una sordera igual pero más preocupante porque se supone que el fin último de estas prácticas es disolver barreras, escuchar más, entender más. Pero también están aquellos que tratan de tender puentes entre mundos, que proponen cruces colectivos con otras disciplinas y géneros musicales, quienes arman un programa de radio en la web o un blog y comparten música e ideas, quienes aportan y bancan compilados lo más amplios posibles. Justamente la aparición de varios compilados resulta sintomática de la forma en que se va “criando” la escena en Argentina.  En todos se nota una gran diversidad y horizontalidad en los contenidos, y eso habla de una madurez en la visión que muchos están teniendo al respecto de estas manifestaciones. Es normal que en un recopilatorio convivan artistas que se mueven a nivel internacional junto a otros que están empezando o bien no han tenido difusión, y no solo surgidos en Buenos Aires sino desde otras partes del país también. A través de la web se hacen los contactos, se animan a escribirse, a proponer movidas, proyectos en común, y seguramente será (ya lo está siendo) la web el verdadero medio para todos ellos.

En cuanto a la categoría de arte sonoro a nivel local, considero que todavía es un poco ambigua en cuanto a diferenciaciones con respecto a la música experimental. Más allá de ser un término relacionado desde sus orígenes a la instalación sonora y el radioarte, últimamente se lo han apropiado para presentar músicas experimentales de un modo más aceptable para ciertos públicos, justamente conservadores, que no toleran o les complica la palabra música asociada a la experimentación con ruidos. Tampoco hay que olvidarse de lo que se conoce como “noise” en cuanto a género musical contestatario, que ocupa desde hace años el lugar abandonado por el punk rock en cuanto a ideas libertarias y antimusicales se refiere. En ocasiones desde el Carbonoproyecto hemos participado en festivales junto a grupos de noise con alguno de nuestros grupos de improvisación libre o música experimental, y sin embargo ellos (mucho más jóvenes que nosotros) nos definían como noise. Y estaba bien igual, que cada uno lo procese como quiere, lo importante era y es sumergirse en la experiencia y sumar desde allí.

5- ¿Sabe Fabián Racca lo que hace?

Depende de lo que esté haciendo. En general creo que algunas cosas aprendí, muy pocas. Pero si existe algo que alimenta estas prácticas y te impulsa con ellas como parte inseparable de tu vida es justamente la búsqueda y el asombro por lo que vas encontrando en cada etapa. La única seguridad posible es con uno mismo y es probable que nunca lo logres, y las certezas no existen, se desmoronan a cada rato.




Entrevista realizada por Lorenzo Gomez Oviedo.



Links de interés:

CarbonoProyecto


https://carbonoproyecto.net/

Entrevista en Tokafi (Berlin) por Tobías Fischer. 


http://www.tokafi.com/15questions/interview-fabian-racca/

Audiovisual de Sesión en el Patio de Carbono, 2015.

https://www.youtube.com/watch?v=8ECpZF-q3q4


viernes, 3 de junio de 2016

Adaptador Records estrena nueva plataforma / premieres new platform


Adaptador es un sello diy (do it yourself) de música experimental creado en Mendoza, Argentina a finales de 2014 por el artista sonoro Lorenzo Gomez Oviedo con el objetivo de editar y publicar sus propias grabaciones y las de sus colegas tanto en Mendoza como en distantes partes de la Argentina.


En menos de dos años ha lanzado más de 10 discos en cassette, cd y digital. Uno de sus últimos lanzamientos ha sido la producción, en colaboración con Fabián Racca de Carbono Proyecto Records, de 'Territorios - Experimentación Sonora en Argentina', trabajo que reúne distintos artistas sonoros que actualmente se encuentran en plena actividad en el campo de la improvisación, grabación de campo, ruidismo, paisaje sonoro, radio arte, entre otros rumbos de exploración.
Actualmente Adaptador Records edita especialmente tiradas limitadas en cassettes reciclados, con diseños exclusivos realizados a cada copia.


Adaptador recientemente ha estrenado su nueva plataforma en bandcamp y ha abierto el espacio para la recepción de audios de artistas sonoros de distintas partes del mundo que deseen ser publicados en el sello. 
Su gestor, Lorenzo Gomez Oviedo, se encuentra actualmente viviendo en París, Francia, por lo cual se recomienda el envío de material vía e-mail a: adaptadorrecords@hotmail.com 


Para visitar la plataforma:

https://adaptador.bandcamp.com/


Adaptador is a diy label of experimental music created in Mendoza, Argentina in late 2014 by the sound artist Lorenzo Gomez Oviedo order to edit and publish their own recordings and those of their colleagues in Mendoza and distant parts of Argentina.

In less than two years has released more of 10 albums on cassette, CD and digital. One of their latest releases has been the production, in collaboration with Fabian Racca of Carbono Proyecto Records of 'Territories - Sonora Experimentation in Argentina', work which brings together different sound artists who are currently in full activity in the field of improvisation, field recording, noise, soundscapes, radio art, among other routes of exploration
.

Adaptador has recently released its new platform on Bandcamp and opened the space for receiving audio sound artists from around the world who wish to be published on the seal.
Currently, his manager, Lorenzo Gomez Oviedo, is living in Paris, France, so sending material via e-mail is recommend: adaptadorrecords@hotmail.com


To visit the platform: